El apoyo psicológico ante la infertilidad: motivos para dejarse ayudar

Publicado el 13/09/2021

El apoyo psicológico ante un diagnóstico de infertilidad es tan importante que, en algunos casos, los pacientes incluso solicitan una consulta psicológica antes del comienzo de un tratamiento de reproducción asistida. El impacto emocional así como el desgaste en aquellas parejas que llevan tiempo intentando conseguir una gestación sin éxito, hace a veces necesario y en todo caso muy conveniente la consulta con un especialista.

Pero ¿cómo han cambiado los motivos de consulta psicológica en los últimos años? ¿Cuáles son las principales razones por las que, ante un diagnóstico de infertilidad o durante un tratamiento de reproducción asistida, requerimos apoyo psicológico?

A medida que se han ido incrementando los tratamientos de reproducción asistida y el acceso a las distintas técnicas, y en la medida en que también han proliferado diferentes modelos de familia en los últimos años, los motivos de consulta psicológica se han visto también modificados.

En menos de una década, por ejemplo, ya no se trata como un tema tabú la recepción de gametos, sino que cada vez se aborda con mayor naturalidad, gracias en gran parte a los testimonios de las personas que ya han pasado por ello; lo que ayudan a normalizar algunos miedos frecuentes y a tranquilizar sobre la experiencia posterior con sus hijos, una vez logrado el objetivo.

Las expectativas y la falta de control ante la reproducción asistida

Las expectativas a la hora de conseguir un embarazo son altas para las parejas que acuden por primera vez a un centro de reproducción asistida y aún más altas para las madres solteras por elección o las parejas de mujeres, dado que no hay una experiencia previa de intentarlo sin éxito. Por esta razón, quizá en estos dos últimos casos, el impacto emocional puede ser mayor ya que no lo esperaban, pero en los primeros, el agotamiento ya se ha instalado antes de comenzar.

En cualquier caso, las emociones se intensifican y se transforman en una dirección lógica en todos los casos, y es en la sensación de falta de control que sobreviene cuando, a medida que se sumergen en los tratamientos, se van condicionando aspectos de la vida que hasta ahora mantenían a flote.

La consulta psicológica y los miedos

Casi un 20% de pacientes que han acudido a consulta psicológica en el último año lo han hecho antes de iniciar cualquier tratamiento, asustados por el consejo de hermanas, amigos, otros familiares o conocidos que les han expresado sus experiencias subjetivas desde el dolor emocional. En otros casos, esta información se extraía de opiniones vertidas en foros, con el riesgo de no conocer el ajuste emocional de las personas que emiten sus conclusiones personales en dichos foros. Por eso es importante centrar también el trabajo en la persona de manera individual, para conocer de qué herramientas dispone y cuáles se le pueden añadir para llevar estos procesos de reproducción asistida de la manera más adaptativa posible.

Cabe destacar que no hay dos personas que vivan los tratamientos de reproducción asistida de la misma manera en el mismo momento, incluso dentro de la misma pareja, por lo que los esfuerzos deben ir enfocados a cuidar aquello que mantiene sólida a la pareja y en seguir trabajando para que tanto la pareja, como la persona que lo intenta sin ella, sigan creciendo independientemente de la consecución de su objetivo.

El (des)control emocional

Esto se hace cuesta arriba si añadimos la presión que sienten las personas que escuchan constantemente por parte de sus amigos o familiares conocedores del proceso que deben “estar tranquilas” o “pensar en positivo”. Lejos de sentirse mejor, se sentirán con una mayor falta de control y se percibirán aún más culpables de su situación, terminando por acudir a una consulta psicológica en la que desean que se les indiquen “pautas para estar tranquilos y para estar positivos”.

Ante esta perspectiva, es importante que entendamos que hay ciertas emociones, como la tristeza o la ira, que son normales ante una mala noticia o ante un sentimiento de ser tratados injustamente por la naturaleza. Se trata de emociones congruentes con la realidad y no hay que hacerlas patológicas. Nadie debe tener la responsabilidad de tener que controlar una emoción como la tristeza cuando, en ocasiones, nos sirve para asimilar una información; o la ira, que nos sirve para defendernos si nos hemos sentido atacados. Ahora bien, si esa ira se expresa en forma negativa hacia la pareja, o esa tristeza acelera la instauración de pensamientos automáticos negativos, conviene trabajarlo con el especialista para no añadir más dolor de lo necesario.

El apoyo psicológico que se espera

Otro dato que parece mantenerse en el tiempo es que la expresión emocional y la petición de ayuda a los especialistas en salud mental son más frecuentes en las mujeres que en los hombres. Dentro de este grupo, muchas mujeres que deciden ser madres solteras por elección creen que aquellas que tienen pareja podrían sentirse más acompañadas, pero la realidad refleja que la mayoría de mujeres que solicitan apoyo psicológico, tienen pareja y además el peso de sentir que no se encuentran en el mismo punto emocional que ellas y que el apoyo debería ser más fuerte de lo percibido.

Sin ir más lejos, no hay dos personas que perciban una misma situación de la misma manera y se aconseja pedir y especificar qué tipo de apoyo psicológico se espera por parte de los seres queridos en una circunstancia adversa, así como no esperar que adivinen nuestras necesidades, que como mucho, nos puede conducir a sentir frustración.