Edad paterna avanzada y fertilidad

Publicado el 03/02/2022

 

¿Piensas que el reloj biológico es solo cosa de mujeres? Infórmate; también corre para los hombres.

Aunque hoy en día estamos retrasando la maternidad y la paternidad por razones socioculturales y económicas, no es  una realidad que afecte únicamente a la fertilidad de las mujeres; los hombres también pueden sufrir una disminución en su capacidad reproductiva con los años. A medida que la pareja se hace mayor, se incrementa su probabilidad de tener dificultades para lograr el embarazo.

Cuando una pareja tiene dificultades para conseguir una gestación, la causa de la esterilidad se atribuye a la mujer en el 50% de los casos y al hombre en el 40%, según los estudios, aunque en muchos de estos casos podemos decir que las causas son mixtas, es decir atribuida a ambos.

La edad paterna influye en la fertilidad

La edad paterna puede condicionar la calidad del semen y esto tiene un efecto directo en la fertilidad. A mayor edad, se puede producir un descenso en la producción de semen, una disminución de la movilidad de los espermatozoides y un incremento de alteraciones en el esperma que pueden estar muy relacionados con daños en el ADN. Esto puede provocar fallos en el embarazo, reduciendo la posibilidad de implantación del embrión en el útero e inhibiendo su desarrollo. 

Actualmente existen pruebas de laboratorio para medir la fertilidad masculina, como son el test de supervivencia espermática o test de capacitación espermática , el seminograma  y el test de fragmentación. Estas técnicas se pueden complementar entre sí y también con otras pruebas genéticas, si necesitamos obtener información más completa.

Preservación de la fertilidad masculina

La capacitación espermática es un proceso que ocurre en los espermatozoides de forma natural, durante el cual estos sufren una serie de cambios que son necesarios para poder fecundar el óvulo, ya que cuando son expulsados en la eyaculación aún no presentan esa capacidad. Con la prueba de capacitación espermática se evalúa la supervivencia de los espermatozoides y su movimiento. Esta prueba también se aplica a las muestras de semen cuando se va a realizar un tratamiento de inseminación artificial o FIV. 

El seminograma o espermiograma: es una técnica de laboratorio que analiza una muestra de semen eyaculado para determinar la función testicular en ese momento. Puede ocurrir que en el semen no haya espermatozoides o que no sean de buena calidad porque no se mueven o no tienen la forma adecuada, y no puedan cumplir su función: fecundar un óvulo. Se realizan 2 tipos de análisis: el análisis macroscópico del semen, donde se valora el color, ph, volumen y viscosidad; y el análisis microscópico, que valora la concentración, movilidad, vitalidad y morfología de los espermatozoides. 

Para completar la información obtenida tras un seminograma, podemos recurrir al test de fragmentación espermática, mediante el cual analizamos el estado del ADN de los espermatozoides, que se encuentra en la cabeza de los mismos y que constituye su integridad genética. La existencia de roturas o lesiones de este material genético complica el embarazo.

Otra cuestión a tener en cuenta, son los posibles riesgos en la salud del bebé derivados de la edad del padre en la concepción. Aunque se necesitan más estudios de investigación, se ha visto que cuando los padres tienen más de 40 años se presentan más riesgos y dificultades en el embarazo así como la aparición de defectos congénitos raros (cráneo o extremidades más desarrollados) y algunas patologías en los bebés.

Por los estudios se cree que el origen de estos riesgos puede ser debido a mutaciones genéticas en el esperma que se dan con más frecuencia a mayor edad. En las técnicas de FIV, para verificar si hay defectos genéticos masculinos en un embrión se pueden realizar pruebas genéticas previas.

Afortunadamente, hoy en día contamos con técnicas de preservación de fertilidad para los hombres como la criopreservación o congelación de semen.

Los principales beneficios de esta técnica son permitir que un hombre conserve su fertilidad para utilizar su esperma en una fecha posterior, y poder dar a una pareja infértil, a una mujer que desee ser madre en solitario o a una pareja de lesbianas la oportunidad de concebir.

Dentro de las razones más comunes para elegir congelar el semen está la edad avanzada, normalmente relacionada con la baja calidad o cantidad de esperma. Otras razones pueden ser  la preservación por razones médicas (en caso de cáncer u otras enfermedades cuyo tratamiento pueda afectar a la fertilidad), una vasectomía, un paciente transgénero, o simplemente querer preservarlo en el tiempo.

En el uso de muestras de semen congelado en las técnicas de inseminación artificial o FIV, vemos que la calidad del semen es uno de los factores principales que intervienen en la probabilidad de lograr un embarazo. La calidad del semen congelado puede verse afectada por la edad del varón y, por ello, uno de los requisitos para ser donante es la edad, que debe estar comprendida entre 18 y 35 años 

Como hemos visto,  la infertilidad masculina, en la mayor parte de las ocasiones, es debida a múltiples factores, tanto genéticos como ambientales. Por ello es imprescindible completar las pruebas diagnósticas con una detallada historia clínica del hombre, para detectar cualquier posible enfermedad, problema congénito o factor que pudiera disminuir su capacidad reproductiva, y ver las posibles alternativas.