El estudio de fertilidad. Todas las pruebas
Publicado el 13/09/2021
El estudio integral de fertilidad permite averiguar mediante sencillas pruebas, cuáles son las probabilidades reproductivas de una pareja (o mujer sola) de forma completa.
Diagnosticar correctamente los problemas de fertilidad resulta muy útil a la hora de decidir qué tratamiento de reproducción asistida será el más adecuado en cada caso, dado que ante un problema de infertilidad las causas pueden ser femeninas, masculinas ó mixta, y de muy diversa consideración.
El diagnóstico de la fertilidad femenina: la reserva ovárica y la exploración ecográfica
En el caso de la fertilidad de la mujer resulta fundamental diagnosticar su reserva ovárica mediante dos pruebas que permitirán conocer sus probabilidades reproductivas: La ecografia vaginal con un recuento de los folículos antrales (RFA) y la hormona antimülleriana (AMH), dos marcadores complementarios que confirman la reserva ovocitaria .
El recuento de folículos antrales se realiza de manera muy fácil, a través de una simple ecografía ginecológica vaginal que se incluye habitualmente en las revisiones rutinarias.
Si durante el periodo menstrual de la mujer se visualizan ecográficamente alrededor de 5 a 10 folículos antrales en cada ovario, se puede considerar que se tiene una reserva óptima.
Asimismo, la ecografía vaginal permite conocer el tamaño, aspecto y forma de ovarios, la posible presencia de quistes ováricos o endometriomas, el tamaño y forma del útero, y la posible presencia de pólipos, miomas, etc.
Fertilidad masculina: la importancia de la historia clínica
En la actualidad, el gameto masculino es el responsable de hasta un 50 % de los casos de infertilidad.
La infertilidad masculina, en la mayoría de las ocasiones, se debe a múltiples factores, desde genéticos a ambientales, que inciden en la fertilidad masculina desde el nacimiento hasta el momento en el que busca descendencia.
Por ello, una correcta valoración del varón, con la realización de una detallada historia clínica para poder reconocer todos los problemas congénitos, enfermedades en la infancia y pubertad, tratamientos, accidentes, cirugías, hábitos, infecciones, etc, es de vital importancia, pues todos estos factores podrían estar relacionados con la dificultad para conseguir descendencia. Una vez conocidos los antecedentes, podremos determinar cuáles son las pruebas más idóneas en cada caso.
El estudio del espermatozoide
- El seminograma como prueba básica de fertilidad: el seminograma es la prueba básica para evaluar la fertilidad masculina. En ella se estudia el espermatozoide valorando su concentración, vitalidad, motilidad, morfología, características físicas y químicas del plasma seminal, así como la presencia de otras células no espermáticas en el mismo.
No es una prueba que ofrezca un diagnóstico seguro, ya que existen varones infértiles con seminogramas normales, del mismo modo que varones fértiles con seminogramas patológicos. Pero este estudio aporta datos muy importantes que ayudan a orientar de forma segura los cuadros clínicos y los posibles diagnósticos o tratamientos a realizar posteriormente.
- El test MSOME: a la vanguardia en el diagnóstico: supone un avance en el diagnóstico de la infertilidad masculina, ya que permite analizar la morfología de los espermatozoides con mucha precisión gracias a potentes microscopios específicamente diseñados para esta técnica, y permite hacer un diagnóstico preciso de la situación de los gametos masculinos.
A través del test MSOME se pueden analizar de forma muy precisa los espermatozoides, incluso identificando alteraciones que podrían correlacionarse con espermatozoides con material genético potencialmente dañado. Este test , complementario al seminograma, puede añadir información que nos ayude a diagnosticar de forma más precisa los problemas masculinos.
Aunque cualquier paciente puede someterse al test MSOME, está especialmente indicado en aquellos pacientes con un seminograma alterado o bien en quienes han tenido ciclos fallidos de reproducción asistida.
- El test de supervivencia o REM: consiste en la separación y selección de los espermatozoides de mejor movilidad del plasma seminal y, en función del recuento y supervivencia a distintos tiempos de los espermatozoides móviles seleccionados, permite indicar qué técnica de reproducción asistida podremos aplicar: Inseminacion artificial, Fecundación in Vitro convencional o microinyección .
Las pruebas genéticas
Se trata de pruebas que valoran al espermatozoide, no desde un punto de vista morfológico o funcional, sino desde un punto de vista genético, es decir, valoran si la información que aporta el gameto al futuro embrión es correcta y no está dañada.
Estas pruebas (FISH, Fragmentación del ADN espermático, Estudio de Meiosis) se suelen realizar en aquellos casos de abortos de repetición, fallos repetidos de tratamiento de reproducción asistida sin causa conocida, en pacientes tratados previamente con quimio o radioterapia, etc. En función de los resultados de estos estudios, se pueden aplicar distintas técnicas correctoras o terapéuticas para solucionar los problemas detectados.
Otras pruebas
Todas aquellas pruebas que no se realizan en la muestra de semen, van encaminadas a intentar determinar la causa de la infertilidad y suelen realizarse en pacientes que presentan muy bajas calidades o bien ausencia total de espermatozoides (azoospermias). Podemos encontrarnos distintos tipos de pruebas:
- Pruebas de imagen: ecografía (para detectar determinadas patologías como la presencia de hidroceles, varicoceles, etc.).
- Pruebas sanguíneas hormonales (determinación de FSH, LH, testosterona, prolactina, etc., implicadas en la formación de los gametos)
- Pruebas sanguíneas genéticas (cariotipo, microdelecciones en el brazo largo del cromosoma Y, mutaciones del gen de la fibrosis quística, etc.).
Gracias a todas estas pruebas se puede disponer de un diagnóstico integral de la fertilidad.
Consulta con tu especialista y conoce ya tus probabilidades reproductivas.