Embriones en fresco, embriones congelados: ¿cuáles son mejores?

Publicado el 13/09/2021

¿Qué diferencias existen entre los embriones frescos y los embriones congelados? ¿Son mejores realmente unos que otros? Son muchas las dudas que los pacientes se plantean en torno a las posibilidades de gestación de ambos, cuando se someten a un tratamiento de reproducción asistida.

Cuando una pareja o mujer sola se somete a un ciclo de reproducción asistida, es frecuente obtener más embriones de los que se van a transferir. La opción en estos casos es la criopreservación de este excedente de embriones y su conservación para su utilización en sucesivas transferencias.

Esto proporciona nuevas oportunidades de conseguir una gestación, bien tras intentos fallidos en tratamientos previos o bien por el deseo de los pacientes de aumentar la familia.

Para la mayoría de los pacientes, la criopreservación de embriones supone una gran tranquilidad, ya que evita tener que volver a pasar por todo un tratamiento de reproducción asistida. Sin embargo, muchas parejas en tratamiento se plantean dudas con respecto a estos embriones criopreservados. ¿Qué posibilidades reales de gestación tienen estos embriones que son sometidos a un proceso de criopreservación?
 

¿Qué es la criopreservación?

 La criopreservación de embriones consiste en exponer a estos a muy bajas temperaturas durante un tiempo indefinido, manteniendo su integridad y funcionalidad en el tiempo.

Existen dos técnicas de criopreservación:  la vitrificación y la congelación. Ambas técnicas son procesos complejos, en los cuales los embriones son sometidos a un importante estrés. Un protocolo cuidadoso y muy optimizado, consigue minimizar los riesgos que sufren los embriones. Estos procesos constan de los siguientes pasos:

Una primera exposición de los embriones a crioprotectores, que como su nombre indica, son moléculas que protegen al embrión sustituyendo el agua del interior de los mismos. De esta forma se evita la formación de cristales de hielo, responsables de gran parte de los daños.

Posteriormente, son sometidos a una bajada de la temperatura hasta los -196 OC, a la cual se mantienen de manera indefinida.

La descongelación o desvitrificación de embriones consistiría en el proceso inverso: sustitución de las moléculas crioproctectoras, de nuevo por agua intracelular y vuelta a la temperatura fisiológica.

En la mayoría de los laboratorios de reproducción asistida, la técnica de criopreservación utilizada es la vitrificación, que ha conseguido mejorar las tasas de supervivencia embrionaria hasta en un 95%.
 

Embriones vitrificados con altas tasas de supervivencia

 Aunque las tasas de supervivencia de embriones criopreservados actuales rozan el 100%, no todos los embriones son susceptibles de ser vitrificados. Antes de someter un embrión a un proceso de este tipo, que no está exento de cierto riesgo, hay que tener ciertas garantías de que los embriones tienen un buen potencial de supervivencia y de implantación.

En Ginefiv, los embriones se vitrifican en su día 3 de desarrollo o bien en su día 5-6, momento en el que tienen que haber alcanzado el estadio de blastocisto. En cualquiera de los casos, tenemos que hacer una valoración morfológica y de su grado de evolución, para poder determinar que sus probabilidades de gestación son altas.

En el caso de embriones en día 3, podemos encontrarnos con que algunos no presentan un desarrollo óptimo. Nuestro planteamiento, en estos casos, es mantenerlos dos días más en evolución para ver si son capaces de formar un blastocisto. De ser así, lo vitrificaríamos, aumentando de esta manera, las probabilidades de gestación.  Con esta forma de actuar, también contribuimos a mantener las altas tasas de supervivencia, ya que suelen ser los embriones de peor calidad, los que menos resisten la criopreservación.
 

¿Son mejores los embriones frescos o los embriones criopreservados?

 Y por fin llegamos a una de las preguntas más planteadas por las parejas que inician un tratamiento de reproducción asistida.

Como hemos mencionado, existe un pequeño porcentaje de embriones que no supera el proceso de criopreservación y esto hace que las tasas de gestación con estos embriones sean ligeramente inferiores.

Sin embargo, en Ginefiv hemos comparado los resultados de gestación obtenidos con embriones que han superado el proceso de criopreservación, con los obtenidos con embriones transferidos en fresco y no hemos encontrado diferencias significativas en cuanto a tasas de embarazo.

Recientemente, se han publicado trabajos en los cuales se consiguen aumentar las tasas de gestación con embriones criopreservados, comparando con las tasas obtenidas con embriones frescos (Roque y col., 2013). La explicación a estos resultados, según los autores, está en el hecho de que la estimulación en ciclos de criotransferencia, consigue endometrios mejor preparados para la implantación de embriones. Sin embargo, todavía no hay demasiados datos sobre este tema, por lo que es necesario realizar nuevos estudios.

En cualquier caso, esto nos demuestra, de nuevo, la gran viabilidad de los embriones criopreservados.

Por lo tanto, y aunque existe un pequeño riesgo de pérdida de embriones durante un proceso de criopreservación, los resultados siguen siendo muy similares a los obtenidos en fresco, lo que la convierte en una técnica, que con un mínimo esfuerzo, consigue aumentar mucho las probabilidades de conseguir un embarazo, por cada ciclo realizado.
 

¿Cómo afecta a su supervivencia el tiempo que están vitrificados los embriones?

 Diversos estudios demuestran que no hay efectos negativos sobre las tasas de supervivencia e implantación de embriones almacenados durante varios años en nitrógeno líquido. Incluso se  ha reportado el nacimiento de un niño a partir de un embrión almacenado durante 20 años (Dowling-Lacey y col, 2011).

Sin embargo, no existen todavía muchos datos sobre el efecto que el tiempo a esta temperatura puede tener sobre los embriones, sobre todo con el proceso de vitrificación, ya que se trata de una técnica relativamente reciente.

A pesar de esto, parece que los embriones humanos presentan una gran estabilidad a la temperatura de almacenaje en nitrógeno líquido (-196 oC) sin presentar muchas diferencias en cuanto a tasas de supervivencia e implantación.
 

¿Cómo es un ciclo de criotransferencia?

 Llevar a cabo un tratamiento con embriones criopreservados resulta sencillo y económico para los pacientes. En estos ciclos se evitan muchos de los efectos secundarios, ya que no son necesarias las inyecciones hormonales diarias, ni el paso por el quirófano con sedación, ni tampoco tantos controles ecográficos.

En este caso, solo es necesario preparar el endometrio, lo que se puede realizar con ciclo natural, o bien mediante la administración de parches o pastillas de estrógenos durante unos 12 días. Se realiza una ecografía de control de endometrio aproximadamente 10 días después del inicio de la menstruación. Entre 3-5 días antes de la transferencia, es necesario administrar progesterona (vía vaginal o vía oral).

El laboratorio tendrá preparados los embriones el día de la transferencia. Estos se podrán desvitrificar este mismo día o bien dos días antes y mantenerlos en cultivo hasta su transferencia. De esta manera conseguimos  hacer una mejor selección de los mismos.

El proceso de la transferencia es el mismo que con los ciclos con embriones frescos y con las mismas indicaciones postransferencia.