¿Cuál es la edad límite para ser madre?

Publicado el 23/08/2023

¿Cuál es la mejor edad para ser madre? ¿Son los niveles de fertilidad iguales en las diferentes edades? ¿Es recomendable intentar tratamientos de reproducción asistida con óvulos propios después de los 42? ¿Cuándo es el momento de pensar en óvulos donados? Desvelamos todas las verdades del llamado “reloj biológico” de las mujeres.

Mucho se ha publicado acerca de la disminución de la fertilidad de la mujer con la edad. A pesar de ello, los actuales factores sociológicos, la disponibilidad de métodos anticonceptivos eficaces y la evolución de la sociedad del bienestar contribuyen a que las mujeres intenten tener su primer hijo cada vez más tarde.

Estamos, por tanto, ante un descenso en la tasa de fertilidad global en la sociedad occidental, especialmente en Italia, Grecia y España. De tal forma que, si en 1975 la edad media de la primera maternidad en España era de 25 años, actualmente según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la media de hijos por mujer en España es de 1,39, y la edad media de la mujer en el nacimiento de su primer hijo se sitúa actualmente en los 29,3 años.

Sí existe una edad límite para ser madre (con óvulos propios)

No son pocas las mujeres que sostienen que ciertas famosas han tenido mellizos hace poco ¡y con 45 años! “Si lo ha conseguido ella, ¿por qué yo no?”, defienden. Pero no nos engañemos, ya que seguramente esas mujeres han realizado un tratamiento de reproducción asistida (TRA) con recepción de óvulos, es decir, con ovocitos de una chica mucho más joven.

Asimismo, hay que tener en cuenta que la fertilidad en humanos tiene unas tasas muy bajas y que en mujeres mayores de 35 años aumentan progresivamente las tasas de aborto espontáneo a medida que disminuye la fertilidad. En varones, sin embargo, y aunque se haya observado un cierto descenso de la fertilidad, en particular a partir de los 50 años, no hay una edad absoluta para que los hombres no puedan ser padres. Algunos autores concluyen que no hay suficiente evidencia para demostrar un efecto desfavorable de la edad paterna en los resultados de tratamientos de reproducción asistida.

Sin embargo, en las mujeres la edad para ser madre sí es un factor para tener en cuenta, especialmente a partir de los 37 años, de tal forma que los TRA pueden solucionar el problema en algunas parejas, pero no en otras, que no llegarán a tener hijos a pesar de tratamientos largos, costosos y complejos.

La edad para ser madre depende del envejecimiento reproductivo

El proceso de envejecimiento reproductivo femenino es debido a la disminución gradual, tanto de la cantidad como de la calidad de los ovocitos que quedan en los folículos. Quizás de aquí a unos años se lleguen a conocer todos los mecanismos endocrinos, genéticos y metabólicos que intervienen en este proceso, pero de momento aún no se conocen completamente.

Se sabe que en el ovario existen varios millones de células germinales desde el 5.º mes de gestación y que a partir de entonces disminuyen hasta la menopausia, quedando alrededor de unas 1.000 hacia los 50 años. La disminución de dicha dotación folicular implica la pérdida de la fertilidad, de tal forma que para el 95% de las mujeres a los 30 años solo están presentes el 12% de los folículos, y a los 40 años solo el 3%.

Este proceso de envejecimiento reproductivo femenino varía enormemente entre las mujeres, ya que unas perderán su fertilidad hacia los 35 años y otras cerca de los 50.

Todo esto provoca que cada vez más mujeres necesiten acudir a las técnicas de reproducción asistida para lograr su sueño de ser madre. Actualmente, un 3,1% de las mujeres en edad fértil (hasta los 49 años) han tenido su primer hijo gracias a estas técnicas y, entre las mayores de esa edad, hasta el 1,6%.

¿Qué puede influir?

Además de la propia edad para ser madre, también se deben tener en cuenta factores genéticos, ambientales, el estilo de vida (el tabaco y el alcohol no son buenos para la maternidad), e incluso hasta la edad de la menarquia o primera regla.

¿Cómo se puede medir la respuesta ovárica antes de un tratamiento de reproducción asistida?

 Los ginecólogos expertos en reproducción asistida se ayudan de una serie de hormonas para deducir la posible respuesta de los ovarios a una estimulación hormonal. Las más importantes son:

  • La FSH basal

    Hormona Foliculoestimulante, en inglés. En un día 3 de ciclo, que aumenta progresivamente con la edad y la disminución de folículos, pero que presenta una capacidad predictiva moderada para la respuesta ovárica y una capacidad predictiva baja para el embarazo.

  • La Hormona antimülleriana (AMH)

    En cualquier día del ciclo, segregada por los folículos ováricos. Con el descenso del número de folículos antrales con la edad, disminuyen los niveles de AMH, siendo prácticamente indetectables con la menopausia. Así pues, los niveles de esta hormona antimülleriana se relacionan con la respuesta a la estimulación en TRA, proporcionando un índice de la edad de la menopausia y constituyendo un marcador de la reserva ovárica, que también se conoce como edad ovárica, el tipo de edad más importante para saber si puedes ser madre.

  • Recuento del número de folículos antrales

    Mediante ecografía, ya que hay una disminución importante con la edad, sobre todo a partir de los 37 años.

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La importancia de la calidad ovocitaria

En TRA, la edad para ser madre parece ser un factor más relevante que la reserva ovárica en cuanto a probabilidades de gestación. La edad sería el mejor indicador de calidad ovocitaria y la reserva ovárica de la cantidad. Ya se sabe: “vale más calidad que cantidad”. La calidad ovocitaria está asociada además a la genética, y esta a su vez a la edad materna, es decir, ovocitos de más edad tienen más alteraciones cromosómicas.

El retraso de la maternidad también tiene una mala influencia a nivel obstétrico y perinatal, aumentando, como ya se ha dicho antes, la tasa de abortos, la de síndrome de Down y otras anomalías genéticas, mayor riesgo de cesáreas, diabetes gestacional, restricción del crecimiento uterino e, incluso, un aumento del riesgo de muerte fetal.

Los resultados de los estudios realizados a nivel mundial muestran que la calidad de los óvulos entre los 40 y 42 años es muy parecida, refiriendo tasas de embarazo entre el 14% y el 22% (aborto entre el 39 y el 50%). En mujeres que buscan ser madre cuando tienen más de 43 años, las tasas de embarazo disminuyen (7,8% a 3,6%) y el aborto aumenta considerablemente (67-75%).

Óvulos propios vs. óvulos donados

Sin embargo, entre las mujeres que buscan ser madre a los 40 años que recibieron ovocitos donados, la tasa de embarazo no se vio afectada, por lo que la TRA más recomendada para ser madre pasados los 40 es la ovodonación.

Hace unos años hicimos un estudio en Ginefiv de mujeres que buscan ser madre a los 42 años o más, con óvulos propios. Los resultados fueron más bien pobres, pues solo en un 6% de los ciclos se consiguió el éxito, es decir, el niño sano en casa.

¿Merece la pena?

¿Cómo vamos a recomendar a las mujeres de esta edad que no lo intenten con sus propios gametos? Aunque sea más complicado, la edad para ser madre todavía no ha pasado y con un tratamiento de reproducción asistida adecuado es posible lograrlo. Al mismo tiempo se compararon ciclos que hicieron varias de estas pacientes con ovocitos recibidos, encontrándose diferencias entre los embarazos (15,6% vs. 75%) y los abortos (53% vs. 11%), siempre a favor de los ciclos de ovodonación.

Para la mayoría de las personas, tener hijos biológicos forma parte de su proyecto de vida. Por ello, cuando el diagnóstico indica que la única opción de conseguir el embarazo es acudir a una recepción de gametos (en este caso femeninos), la pareja se ve profundamente afectada, cambiando radicalmente el proyecto familiar inicial de la pareja.

En estos casos, el consejo y el apoyo psicológico es casi siempre necesario para valorar el impacto del diagnóstico sobre la pareja, facilitando la expresión emocional y el duelo. Es muy importante, sobre todo, ayudarlos en la difícil toma de decisiones con respecto a la aceptación o no de la donación, e incluso la posibilidad de valorar una adopción en vez de un tratamiento de reproducción asistida.